2 de julio de 2024

Cuentito

Era sábado. Yo dudaba si llevar una o dos botellas de vino. No me decidía. Pero por algún motivo ya estaba bastante nervioso como para tardar mas tiempo en elegir así que agarre dos, pagué y me fui. Ella me estaba esperando en su casa. Me había invitado el Jueves.................................

Ella prende el último cigarrillo armado que le quedaba mientras mira como el tabaco lentamente se enciende, al mismo tiempo que corre la mirada para clavar sus ojos apenas achinados sobre los míos. Yo la miro y pienso que su mirada me intimida un poco pero todavía es muy pronto para decirlo. Me gustaría inventar un apodo propio en ese momento, como “chinita”, “china” o algo parecido, pero sigo pensando que aún es muy pronto. Tartamudeo un poco y sigo charlando de anécdotas poco relevantes, mientras pienso que escucharla atentamente con mi cara apoyada sobre mi mano es un acto de amor tan lindo como ella. Me mira y me pregunta si quiero subir al cuarto. Ella apaga su cigarrillo, yo le doy la última pitada al mío y hago lo mismo. Nos levantamos del sillón, me abraza delicadamente fuerte, me da un beso y se funde en mí pecho con un abrazo. Me mira de forma directa con sus ojos nuevamente achinados y, dibujando una sonrisa casi inmejorable, me dice que me quiere. La miro a los ojos y le digo que yo también la quiero, mucho. Nos despertamos a las 11:00 de la mañana y desayunamos en la terraza.

Va a hacer mucho frío en Mar del Plata. Ya lo sabemos. No importa, solamente son dos días.


No hay comentarios:

Publicar un comentario